El Banco Central Europeo (BCE) ha iniciado deliberaciones sobre la posible incorporación de Ethereum y Solana en el diseño del euro digital, una decisión que podría transformar radicalmente el panorama financiero europeo. Esta iniciativa responde tanto a la creciente popularidad de las criptomonedas como a la necesidad de asegurar la competitividad y la autonomía estratégica del euro frente al dominio de los stablecoins respaldados por el dólar estadounidense.

Contexto: El auge de las criptomonedas y la presión por la soberanía digital

La aceleración de los planes para lanzar un euro digital se produce en un momento en que los stablecoins vinculados al dólar dominan el mercado global de activos digitales, representando aproximadamente el 98% de los 288 mil millones de dólares en circulación. Esta situación ha generado inquietud en las instituciones europeas sobre el papel del euro en el futuro de los pagos digitales y la necesidad de evitar una dependencia estructural de infraestructuras de pago no europeas.

El BCE, en su tercer informe de progreso publicado en julio de 2025, detalló avances en la redacción de normativas, investigación de usuarios y pruebas a través de una plataforma de innovación que involucra a unos 70 participantes del mercado. El periodo de preparación se extiende hasta octubre de 2025, momento en el que el Consejo de Gobierno decidirá los próximos pasos. No obstante, cualquier emisión del euro digital requerirá legislación formal de la Unión Europea.

La motivación principal detrás de este proyecto es la autonomía estratégica. Según declaraciones de Piero Cipollone, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, un euro digital reduciría la dependencia de sistemas de pago ajenos a la UE y fortalecería la resiliencia de los pagos minoristas en el bloque, una postura respaldada por el Banco de Pagos Internacionales (BIS).

Ethereum y Solana: ¿Por qué son candidatos para el euro digital?

La elección de Ethereum y Solana como posibles infraestructuras para el euro digital no es casual. Ambas redes públicas ofrecen ventajas técnicas y estratégicas que las posicionan como alternativas atractivas frente a modelos privados o permisos, como el utilizado por el yuan digital chino.

  • Ethereum destaca por sus capacidades en finanzas descentralizadas (DeFi), permitiendo la creación de contratos inteligentes y aplicaciones programables que pueden ampliar la funcionalidad del euro digital más allá de simples transferencias de valor.
  • Solana es reconocida por su alta escalabilidad y velocidad de procesamiento, lo que la hace idónea para aplicaciones de pagos masivos y micropagos, un requisito esencial para la adopción generalizada de una moneda digital de banco central (CBDC).

La posible transición hacia una infraestructura pública y abierta representa un cambio de paradigma respecto a los modelos tradicionales de CBDC, que suelen operar sobre redes privadas y controladas exclusivamente por bancos centrales. Esta apertura podría fomentar la innovación en el sector fintech europeo, facilitar pagos transfronterizos y la tokenización de activos, pero también plantea desafíos en materia de privacidad y cumplimiento normativo.

Desafíos técnicos y regulatorios: privacidad, transparencia y gobernanza

Uno de los principales retos de utilizar blockchains públicas como Ethereum o Solana es la transparencia inherente de sus registros. Todas las transacciones son visibles para cualquier usuario, lo que puede entrar en conflicto con las estrictas regulaciones europeas sobre protección de datos y privacidad financiera.

Para abordar este desafío, se están considerando soluciones como las pruebas de conocimiento cero (zero-knowledge proofs), que permiten validar transacciones sin revelar información sensible. Estas tecnologías podrían ser clave para garantizar que el euro digital cumpla con las normativas de la UE, como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR).

Además, la gobernanza de una moneda digital sobre una red pública plantea interrogantes sobre el control y la supervisión. El BCE deberá definir mecanismos para asegurar la integridad y la estabilidad del euro digital, evitando riesgos de manipulación o ataques cibernéticos. La colaboración con expertos en blockchain será fundamental para evaluar la viabilidad técnica y operativa de estas plataformas.

Impacto potencial en el sistema financiero europeo y global

La adopción de Ethereum o Solana como base para el euro digital podría tener repercusiones profundas en el sistema financiero:

  • Competencia con el dólar digital: Al utilizar infraestructuras abiertas y programables, el euro digital podría desafiar el dominio de los stablecoins respaldados por el dólar, promoviendo la internacionalización del euro en el ámbito digital.
  • Disrupción bancaria: Los bancos tradicionales podrían ver alterados sus modelos de negocio, especialmente en áreas como pagos transfronterizos y servicios de custodia, mientras que las fintech europeas tendrían nuevas oportunidades para innovar y expandirse.
  • Inclusión financiera: Un euro digital accesible sobre redes públicas podría facilitar el acceso a servicios financieros para poblaciones no bancarizadas o con acceso limitado a la banca tradicional.
  • Riesgos sistémicos: La interoperabilidad con otras criptomonedas y la exposición a volatilidad de los mercados digitales requerirán nuevos enfoques de supervisión y gestión de riesgos.

La decisión del BCE de explorar estas tecnologías es también una respuesta geopolítica a los avances legislativos en Estados Unidos, donde la reciente aprobación de la GENIUS Act ha impulsado la regulación de los stablecoins y acelerado la competencia global en el sector de activos digitales.

Actualmente, el mayor stablecoin vinculado al euro es Euro Coin (EURC), emitido por Circle, con una capitalización de mercado de unos 225 millones de dólares. Sin embargo, la emisión de un euro digital oficial por parte del BCE podría redefinir el ecosistema de pagos digitales en Europa, desplazando a los emisores privados y estableciendo un nuevo estándar de confianza y estabilidad.

En conclusión, la deliberación sobre el uso de Ethereum y Solana para el euro digital representa un momento crucial para la política monetaria y la innovación financiera en Europa. El resultado de estas consultas técnicas y regulatorias determinará no solo el futuro del euro digital, sino también el papel de Europa en la economía digital global.

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